Tras haber sido aprobadas las reformas a la Ley General de Salud, con 458 votos a favor y 2 abstenciones –para ser exactos–, el nuevo etiquetado de alimentos (y bebidas) se pondrá en marcha, con la intención de mejorar la alimentación en México.
Esta iniciativa tiene como objetivo informar al público sobre el contenido de grasas, azúcares, sodio y calorías de los productos que consumen habitualmente. Además, se acompañará de programas que promuevan la alimentación saludable y combatan la desnutrición.
¿Cuál es la razón detrás de esto? Es debido a que en los últimos años se han disparado los índices de obesidad, sobrepeso y diabetes en el país. Ahora, estas condiciones se han convertido en una emergencia epidemiológica que no se puede minimizar.
En Wisum queremos ver un México sano y robusto, por lo que lanzamos una encuesta a 1000 personas –a través de nuestra plataforma– para investigar qué opinaban sobre el nuevo etiquetado de alimentos y si es que realmente los beneficiaría esta decisión.
Lo siguiente fue lo que nos compartieron:
¿Qué representan las etiquetas de los productos para los consumidores?
Las etiquetas de los productos industrializados son lo más cercano a una carta de presentación; en estas puedes encontrar los valores nutrimentales del alimento en cuestión, así como sus ingredientes, pero ¿realmente cumplen su función?
El problema con muchos de los etiquetados es que no incluyen valores de referencia y no son precisamente claros para el ciudadano promedio. Y ni hablemos de los compuestos químicos en la lista de ingredientes, pues estos resultan aún más incomprensibles.
Del total de nuestros encuestados, el 36% reportaron consumir productos industrializados con frecuencia y el 54% con mucha frecuencia.
Esto nos da una idea muy clara de lo importante que debe ser que las etiquetas se entiendan, ya que este tipo de productos son un pilar fundamental en la alimentación de muchos mexicanos.
¿Cuántas de las personas que encuestamos se toman la molestia de revisar las etiquetas?
Además, apenas al 29% de estas personas que sí las leen les resultan claras. Definitivamente esto no resultó muy alentador. ¿Será que este problema es responsabilidad de la industria alimentaria o es debido a la falta de educación sobre el tema?
Los misterios detrás de las etiquetas de los productos
Para cualquiera que no haya estudiado una carrera como nutrición, ingeniería en alimentos o algo semejante, algunos de los compuestos en las fórmulas de los productos no resultan más que unos elaborados trabalenguas.
Benzoato de sodio, glutamato monosódico, TBHQ, tartrazina, etc. son solo una muestra de los ingredientes que encontramos en diversos alimentos empacados (¿te suena alguno de estos?) y cuyo origen y significado –en su mayoría– desconocemos.
Y aunque no todos estos aditivos son dañinos para la salud y algunos, inclusive, son naturales, fue muy grato descubrir que gran parte de nuestros encuestados desconfía de ellos, como podemos ver en la siguiente gráfica:
Lo que sí resultó alarmante es que más de la mitad de estas personas también desconfían del contenido de las etiquetas, pues no están seguros que las empresas reporten el 100% de los ingredientes de sus productos:
Una vez más surge la pregunta: ¿será que este problema es responsabilidad de la industria de alimentos o de la propia COFEPRIS (el organismo que vigila a estas industrias y protege contra los riesgos sanitarios)?
Sea como sea, está claro que el nuevo etiquetado de alimentos fue una excelente propuesta, ya que permitirá a la población –de manera rápida y sencilla– evaluar si lo que consumen puede suponer un riesgo para la salud, sin tener que ser un experto en el tema.
¿El nuevo etiquetado de alimentos tendrá algún impacto real en el país?
Estas nuevas etiquetas deberán incluir en la parte frontal la advertencia de que los productos exceden los límites máximos de contenido energético, azúcares, grasas saturadas, grasas trans y sodio, independientemente de la información nutricional en la parte posterior.
Finalmente, debíamos plantear una cuestión ante nuestros encuestados y ver cómo reaccionaban, pues es el principal objetivo del nuevo etiquetado de alimentos. A lo que nos respondieron de la siguiente forma:
Como verán, no cabe duda que esta propuesta puede generar un impacto benéfico en la población y ser el primer paso en contra de esta lucha nacional contra el sobrepeso, la obesidad y otras enfermedades relacionadas con la dieta.
Esperemos que cada vez más mexicanos hagan conciencia de lo que comen y empiecen a adoptar dietas más balanceadas y nutritivas, para así evitar problemas de salud y tener una mejor calidad de vida. Y tú, ¿estás a favor de esta iniciativa del gobierno?
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